jueves, 8 de marzo de 2012

El Parque promueve la participación de los cazadores locales en los controles de jabalí.

Las autoridades del área natural quieren extender a Asturias las batidas con presencia de deportistas residentes, práctica habitual en León y Cantabria.
Cangas de Onís, Ramón DÍAZ
«La participación de cazadores locales es básica para llevar a buen término los controles poblacionales de ungulados; en la zona asturiana (del parque nacional de los Picos de Europa) también debería instaurarse». Los técnicos del Parque están convencidos de que la guardería del espacio protegido debe realizar los controles de población de jabalíes con la ayuda de los cazadores residentes. Tanto en Cantabria como en Castilla y León ésta es una práctica habitual; en Asturias, no. La prueba realizada el año pasado en el Monte Comba, en Cabrales, fue un éxito, dado que la batida realizada con la participación de cazadores locales concluyó con la eliminación de nueve ejemplares. El reto es ahora extender la presencia de cazadores locales al entorno de los Lagos, en el concejo de Cangas de Onís. El principal problema es que buena parte de las praderías de esa zona son propiedades privadas.
La propuesta de los técnicos se ha incluido textualmente en el informe de gestión del año 2011. El informe señala que la comunidad local, «a través de los cazadores residentes, está siendo partícipe de las medidas de gestión relacionadas con los controles poblacionales», y que la experiencia es «muy positiva». De hecho, los controles sobre ciervo y jabalí realizados en 2010 y 2011 en los que participó la población local han sido «muy efectivos en cuanto al número abatido», en la mayor parte de los casos cercano al cupo máximo establecido. Pero también ha resultado muy efectivo en cuanto al «sentimiento participativo» de una actividad de gestión en el parque nacional.
El codirector del parque de los Picos en la zona asturiana, Rodrigo Suárez Robledano, destacó que el principal problema a la hora de que participen cazadores locales en la zona canguesa del Parque es el hecho de que buena parte de las parcelas sobre las que habría que realizar los controles son privadas. De hecho, las actividades de control realizadas en el año 2009 con la participación de cazadores locales generaron «enfrentamientos» entre estos y los propietarios de terrenos. «Cuando las actuaciones se realizan sobre monte público no hay problema», indicó Suárez Robledano, quien destacó que en el caso de la zona canguesa del área protegida resulta preferible, en lo posible, realizar los controles de población fuera del Parque, dado que, en definitiva, se realizan «sobre los mismos animales».
Suárez Robledano destacó las diferencias que existen en materia de derechos cinegéticos entre la zona asturiana y las de Cantabria y Castilla y León. Explicó que en Asturias el Parque existe desde 1918, y desde entonces los derechos cinegéticos están en manos del Parque, por lo que no se caza. En Cantabria y Castilla y León, por el contrario, el Parque existe desde 1995, ha habido tradicionalmente cuadrillas de caza y buena parte de los derechos cinegéticos están aún en manos de los municipios y las comunidades autónomas. De hecho, el parque nacional se ha hecho recientemente en la zona cántabra del Parque con los derechos cinegéticos sobre el rebeco, el venado y el corzo, pero los derechos sobre el jabalí permanecen aún en manos de los ayuntamientos y el Ejecutivo regional.
En la zona asturiana del parque nacional, en 2011, se realizaron controles de población del jabalí en Amieva y Cabrales. En Amieva, mediante el sistema de rececho, la guardería del Parque abatió los 20 ejemplares previstos, por lo que se completó el cupo máximo previsto. En Cabrales, los cazadores locales, por el método de batida, eliminaron a 9 de los 16 ejemplares que se había previsto abatir en la zona de monte Camba.
En Cantabria, los cazadores locales mataron, mediante batida, a 12 de los 15 ejemplares previstos en los municipios de Cillorigo y Tresviso. En León, por el método de aguardo, se abatió un ejemplar que entraba reiteradamente en el pueblo y las huertas de Caín.
También cazadores locales abatieron en Camaleño (Cantabria) 26 ejemplares (21 hembras y 5 machos) de ciervo, de los 46 previstos. Las autoridades calificaron de «satisfactorios» estos resultados, porque supusieron rebajar la población de ciervos en un 20 por ciento, hasta dejarla en 238 (79 machos y 111 hembras). La alta densidad de ciervos en Camaleño está perjudicando a la población de urogallo, una especie en peligro de extinción.