En Castilla y León se escalonan varios
enclaves naturales en los que conviven hasta siete figuras distintas de
conservación en una sola hectárea.
MARÍA GAJATE / VALLADOLID. Día 14/05/2012
El Parque Nacional
de Picos de Europa es Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), Zona de Especial
Protección de Aves (ZEPA), paraje amparado por la Ley de Montes por haber
sufrido incendios, tiene humedales regulados y dos planes de conservación de
especies: urogallo y oso pardo. En total son siete los reconocimientos que
completan la etiqueta de este enclave, unos distintivos que implican sus correspondientes
acciones de gestión que salvaguardan cada unos de sus rincones. Su caso no es
el único. Y es que el patrimonio natural de Castilla y León atesora una amplia
red de espacios protegidos que abarcan una superficie superior a los 2,4
millones de hectáreas y que configuran un galimatías en el que conviven en una
sola hectárea una infinidad de programas de conservación. Ahora estos parajes
deberán ordenarse y aunar criterios en base a un Decreto Ley del Gobierno que
insta a las autonomías a poner fin a la superposición de mecanismos que
dificultan la gestión del Medio Ambiente.
El Consejo de
Ministros aprobó hace una semanas un decreto-ley que determina que «si se
solapan en un mismo lugar distintas figuras de espacios protegidos, las normas
reguladoras de los mismos, así como los mecanismos de planificación, deberán
ser coordinados para unificarse en un único documento integrado, al objeto de
que los diferentes regímenes aplicables en función de cada categoría conformen
un todo coherente». Así, se modifica la Ley del Patrimonio Natural y de la
Biodiversidad para consolidar en un sólo instrumento de protección los
mecanismos de gestión de los espacios protegidos y de la Red Natura 2000, que
el Gobierno considera que «generan retrasos e inconvenientes entre la
administración y los ciudadanos».
Cincuenta
enclaves
En Castilla y León
hay setenta espacios que son ZEPA o LIC, en el marco de Red Natura 2000. En
cincuenta de ellos, coinciden ambas. De esta forma, el cambio de rumbo en la
gestión del medio ambiente afectará a cerca del sesenta por ciento de la
superficie natural protegida de la Comunidad, en la que se extienden el medio
centenar de espacios protegidos por duplicado y que suman 1,4 millones de
hectáreas.
Por si no fuera
suficiente con la concurrencia de LIC y ZEPA en un mismo espacio, la norma
estatal no ha hecho más que destapar que ésta no es la única coincidencia y que
en muchas de esas cincuenta zonas no conviven en exclusiva dos figuras. Muchos
enclaves están sobreprotegidos por cada una de sus «cualidades». Así, a la
condición de ser Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección de
Aves se suman otros instrumentos de gestión si el enclave es, por ejemplo,
Parque o Reserva Natural, en el que también puede haber humedales —con su correspondiente
plan—, o vegetación y fauna protegida, implicando en cada caso un nuevo
mecanismo de conservación. En la Comunidad, se llevan la palma Picos de Europa
y la Sierra de Guadarrama, que acumulan siete figuras; los Arribes del Duero,
con seis; y la Sierra de Gredos, el Valle de las Iruelas y las Lagunas de
Villafáfila, con cinco cada uno de ellos.
Planes
de gestión
En total, son 43 los
enclaves que son Parque Nacional, Regional o Natural, Reserva Natural, Espacio
Natural o Monumento Natural en la Comunidad. Para ellos la normativa contempla
Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) que marcan las
directrices generales, y Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) más concreto que
incide en los valores de la zona. Pero además, muchos de estos territorios se
han visto arrasados por las llamas, y cuando hay un incendio, la Ley de Montes
contempla la protección temporal del terreno. En lo que va de año, ya ha habido
más de 700 fuegos en la Comunidad, por lo que esta figura de protección es una
constante.
Todo ello, se
complementa con la protección de cien humedales en la Comunidad, entre los que
destacan la Laguna de la Nava (Palencia) y las Lagunas de Villafáfila (Zamora),
que forman parte del Convenio Internacional Ramsar para la conservación de
hábitat de aves acuáticas.
El Gobierno pretende
poner «coherencia» y que las distintas figuran de protección se reduzcan para
simplificar la gestión de los espacios naturales y potenciar una actuación
unidireccional para un único espacio. La Junta ya se ha puesto manos a la obra.
De momento, no ha trascendido ningún avance, pero trabaja en la clarificación
de las normas que salvaguardan los distintos espacios en una labor encaminada a
la unificación. que abarcan el 26 por ciento del territorio autonómico.